jueves, 29 de octubre de 2020

Texas

Desde el primer día que entró en casa, sospeché de él. De su andar recortado y su sonrisa burlona, que adornaba con un estrecho bigotillo, negro como el carbón. De sus ojos pequeños y crueles y de sus costumbres: Se pasaba las horas -mañana, tarde y noche- fumando de su pipa de nácar veteado, dejando un intenso olor a tabaco allí donde se encontraba. Cuando vinieron a buscarlo, no me sorprendí. Al fin y al cabo, no era el único criminal que se alojaba en aquel lugar.


DESPERTAR

Sin duda debió de ser un golpe lo que me hizo recobrar la consciencia. Tras despertar del todo, noté enseguida que algo no iba bien. Me habían crecido las uñas y el pelo de una manera inusual y a mi alrededor un hedor a pertinaz cerrazón gravitaba de manera insoportable. Mis zapatos, misteriosamente evadidos  de la protectora servidumbre de los pies, se hallaban volcados y disparejos sobre el suelo, exhibiendo manchas de moho sobre su desgastada piel de cocodrilo. 

 No atinaba a comprender qué suerte de aciago episodio habría podido dar conmigo en aquel lugar oscuro y ya en mi mente sobreexcitada pugnaban la confusión con la urgencia de salir de allí a toda costa cuando nuevos golpes procedentes del techo me lo dejaron todo más claro: después de tanto tiempo de silencio y pacífica quietud, volvía a removerse, inquieto, súbitamente alterado en su sueño más profundo, devuelto a una frenética e irritante actividad, mi vecino del piso de arriba.

(Dedicado a Montse)

jueves, 1 de octubre de 2020

BIENVENIDOS/AS

¡Bienvenido/a! Acabas de acceder a una comunidad de amantes de la lectura que desean aprender del noble arte de la escritura pasando de la teoría a la práctica con un alarde de valentía tal, que simplemente por eso, ya los debería hacer merecedores de ser leídos y comentados. 
 
Aquí no hay reglas ni directrices. La espontaneidad es bienvenida. La cortesía es recomendable así como la crítica, si es constructiva. Nadie es mejor que nadie y cada cual comunica como puede y como sabe, toda vez que partimos de la creencia de que quien escribe, está regalando trocitos de su alma sin pedir nada a cambio y que toda creación, si está hecha con honestidad y cariño, tiene un inmenso valor. 
La libertad es nuestra divisa: temas, extensiones, formatos y estilos, tienen todos cabida en este nuestro acogedor espacio. 

 De modo que, toma aire, detén por un instante el inagotable tren de tus pensamientos, olvídate del miedo al "papel en blanco", encuentra inspiración y... EXPRÉSATE. ¡Te estábamos esperando!